EL HOMBRE SE ATRIBUYE LO QUE NO
POSEE
IDEA-TRABAJO
1) El Hombre se atribuye lo que no posee.
2) Mentir mata a la Esencia.
COMENTARIO
Es siempre dificil llevar a la conciencia la propia culpabilidad.
Solemos reconocer nuestra culpa, y algunas personas tienen una manera automática
de reconocer su culpa.
Pero en realidad no la aceptamos.
En el Trabajo nos enseñan que una de las cosas que hemos de observar y
contra la cual hay que luchar es la auto-justificación.
En un comentario escrito hace algún tiempo, hemos señalado que cuando nos
justificamos impedimos que las cosas nos toquen en lo vivo —en realidad,
evitamos comprender lo que hemos hecho o dicho—.
De éste modo evitamos un sufrimiento útil.
El sufrimiento útil cambia el Ser.
Ahora bien, la auto justificación es una de las muchas formas de mentira
que se suceden continuamente en nosotros.
Debemos recordar que mentimos de un modo o de otro gran parte del tiempo
—de hecho, cada vez decimos "Yo" como si nuestro "Yo" fuera
único permanente.
La mentira nos evita el sufrimiento útil y a menudo lo reemplaza por uno
inutil.
Esta es una de las razones por la cual el Trabajo dice que la mentira daña
y hasta puede matar la Esencia.
Al menos cabe comprender que impide un desarrollo cualquiera de la Esencia,
porque la Esencia sólo puede crecer mediante lo que es real, lo que es
verdadero.
La Esencia no puede crecer por medio de las mentiras.
Sólo lo puede hacer la Falsa Personalidad.
La Esencia es la parte más real de nosotros.
La Falsa Personalidad es la parte más falsa y cuando se la observa durante
un tiempo —si hay posibilidad de hacerlo— se observará que siempre miente.
De hecho, es una mentira.
Es una mentira de la cual cuesta mucho separarse.
Sin embargo, si sigue dominándonos, la esencia no puede crecer.
Esto, en suma, es la razón por la cual el trabajar sobre sí es tan
necesario.
El Trabajo se propone un objetivo definido.
No se refiere a ser bueno, sea cual fuere el significado que damos a esta
palabra.
El Trabajo se preocupa por, hacer pasiva a la Personalidad y activa a la
Esencia.
Nunca hay que olvidarlo, y a menudo es preciso reflexionar a solas acerca
de esta idea, porque es una de las grandes ideas que respaldan el
Trabajo, y si las ideas de nuestros pensamientos son verídicas, nuestro pensar
nos llevará a puerto seguro.
Asimismo, recibiremos la ayuda del inagotable poder que está latente en
dicha idea.
Esta idea acerca de la Personalidad y la Esencia, si reflexiona
sobre ello de vez en cuando, orientará nuestro pensar hacia la totalidad del
Trabajo y nos mostrará las cosas que las palabras son incapaces de explicar,
sin una aparente contradicción.
Ahora bien, la mentira establece conexiones equivocadas.
Basta imaginarse una inmensa central telefónica con millones de cables
correctamente conectados y luego se presenta una persona que se pasa la vida uniéndolos
de un modo desacertado.
¿Quién es esa malvada persona?...
Pero el Trabajo no habla aquí de la mentira ordinaria, aunque también suele
referirse a ella, sino de la categoría de mentira que mantiene activa a la
Personalidad y pasiva a la Esencia.
Ya saben que para ponerse en contacto con los Centros Superiores, es
necesario destruir todas las emociones negativas y que todas las emociones
negativas nos cierran la puerta, por así decir, a los Centros Superiores.
Ahora bien, todas las emociones negativas mienten.
Deforman las cosas.
La Verdad las destruye, pero imitan la Verdad descartando ciertas cosas,
empleando verdades a medias, agregando, relacionando las cosas que sucedieron
en realidad de una manera equivocada, etc.
Cuando una persona es negativa siempre miente.
Basta observarlo en uno mismo.
Dos personas negativas se pueden arrojar a la cara las mentiras más fantásticas
—esto es, no dos personas hipotéticas de quienes podemos burlarnos sintiéndonos
superiores— sino usted y yo.
Si, exactamente…
Si soy negativo y usted lo es, podemos querellarnos al punto y decirnos
toda suerte de cosas sorprendentes.
En cada uno de nosotros hay una gran fábrica de mentiras —en la parte
negativa del Centro Emocional—.
Esto, lo digo a modo de comentario, es el infierno en uno mismo, y allí
todos se aborrecen y sólo la violencia y la destrucción tienen significado.
Les citaré lo que el senor Ouspensky dijo una vez: "Este mundo no está
controlado por el sexo ni por el poder sino por las emociones negativas."
Y ésto, agregaría yo, es lo mismo que estar controlado por el infierno.
En verdad, la gente comete un gran error al pensar que Dios controla esta
Tierra.
O bien hacen una confusión con todo o se convierten en gentes que aborrecen
a Dios.
¿Pero acaso la Oración del Señor no empieza diciendo: "Hágase tu
voluntad, como en el cielo, asi también en la tierra"?
Si la humanidad estuviera en contacto con los Centros Superiores, todo sería
diferente.
Ahora llegamos a la categoría de mentira a la que se refiere el Trabajo en
profundidad —a saber, aquella por la cual nos atribuimos lo que no poseemos—.
Es esta, nuevamente en su sentido más hondo, la que impide el contacto con
los Centros Superiores y el desarrollo del Ser Real mediante el aflujo de
significados enteramente nuevos y muy distintos de los significados que
obtenemos de la vida externa —esto es, las Influencias A.
Nos atribuimos el poder de hacer.
Nos atribuimos la posesión de un "Yo" permanente, invariable
—esto es, del "Yo" Real—
Nos atribuimos la posesión de la Voluntad Real —mientras que, de hecho, por
estar compuesto de muchos "Yoes" diferentes, en todo momento estamos
bajo el imperio de la Voluntad de uno de esos "Yoes".
Nos atribuimos el poder de transformamos si asi lo deseamos —mientras que
somos incapaces de hacerlo tal como somos y sólo podemos justificarnos si nos
vemos apremiados—.
Nos atribuimos el conocernos a nosotros mismos.
Imaginamos, como el hombre que había acumulado bienes en su granero, que
podemos prever el futuro.
El atribuirnos todas esas cosas que no poseemos es la verdadera mentira a
la que se" refiere en última instancia el Trabajo.
Y de ésta mentira inconsciente debemos llegar a tener gradualmente conciencia
mediante la observación de sí.
A no ser que esto suceda en nosotros, la Personalidad —que desde luego,
cree poder hacer— permanece activa y la Esencia pasiva.
El volverse gradualmente consciente de la parte que desempeñan el orgullo,
la vanidad, los topes y el profundo sueño en que están sumidos el pensar y la
conducta ordinarios, es llamado la primera fase del Trabajo.
¿Cómo es llamada esa fase?
Es llamada Despertar.
Gurdjieff dijo sin ambages: "En los Evangelios se encuentran muchas
ideas esotéricas, pero a menudo en un orden equivocado, como si las hubiesen
escrito gentes que recordaban lo dicho pero sin comprender suficientemente su
significado.
En los Evangelios encontramos la idea de morir para si mismo.
Encontramos la idea de morir para si mismo.
Encontramos la idea de renacimiento y la idea de despertar.
Pero hemos de comprender que el hombre no puede morir para si mismo a menos
de haber despertado para si mismo y haber comprendido para qué cosa debe morir.
Si intenta morir para si mismo sin despertar primero, no podrá renacer.
Pero a no ser que pase largo tiempo despertando para si, no puede morir y
renacer.
Por ésta razon un hombre debe primero observarse a si mismo en la práctica
y ver a que se asemeja.
Sólo con éste conocimiento de sí arduamente ganado puede tener la esperanza
de lograr algo.
Una de las dificultades es que el Hombre tal como es cree conocerse a sí
mismo y comprenderse.
No existe mayor ilusión."
En una oportunidad al referirme a los poderes y cualidades que todas las
personas se atribuyen y que en realidad no poseen dijo el senor Ouspensky:
"Esto exige mucho tiempo para comprenderlo.
Tome como punto de partida una cosa a la vez y obsérvela en sí mismo.
Empiece por observar, digamos, que finge conocer.
Esta es una de las peores formas de mentira.
Muchas personas fingen conocer lo que no conocen y mantienen toda la vida
esa imagen.
Es preciso, en el Trabajo, descubrir que las ideas que se siguen siempre se
siguieron y que se es esclavo de ellas.
Sólo entonces comprenderá lo que significa la sinceridad interior.
Sin sinceridad interior no se puede hacer este Trabajo."
Ahora bien, ya se ha hablado en estos comentarios del significado interior
o psicologico de algunos de los Diez Mandamientos.
Por ejemplo: "No mataras", además de su significado literal,
quiere decir que no hay que matar a nadie en pensamiento.
Las gentes tienen miedo de matar literalmente porque temen las
consecuencias en el mundo —tales como la policía y todas las demás—.
En el Trabajo esto no cuenta.
No es usted el que hace, sino el temor el que hace.
Si mata en sus pensamientos comete una muerte espiritual.
Por eso nos enseñan: "Perdonaos los unos a los otros."
Con respecto a lo que estamos diciendo, este mandamiento:
"No hurtaras", significa psicológicamente: "No debes
atribuirte psicológicamente lo que no posees."
Porque si una persona se atribuye poderes que no le pertenecen, ¿no hurta
acaso?
Este es el significado psicologico de este peculiar mandamiento.
El Trabajo se propuso la tarea de hacernos pensar de una manera nueva y
esto quiere decir, en todo caso, pensar psicológicamente.
¿Qué significa pensar psicológicamente?
Pues bien, obsérvese a si mismo y lo que ocurre dentro de usted y las cosas
a las cuales cede interiormente pero teme expresarlas a causa del miedo a la
perdida de reputación, a la perdida de dinero, a la perdida de posicion, a que
no piensen bien de usted, y asi sucesivamente.
¿Acaso no comprende que si mata facilmente a una persona en sentido psicológico
—esto es, en su mundo interior de pensamientos y sentimientos— es usted
espiritualmente un asesino?
Sólo existe un remedio: llegar a conocerse por medio de una larga, sincera
observación de si.
Líbrese de la idea imaginaria de ser un hombre bueno, de ser una mujer
buena.
El verdadero conocimiento de si le impedirá matar al prójimo, porque
hallará en si mismo todo lo que aborrece en el otro.
Y si se observa sinceramente a la luz del Trabajo no tardará en conocer qué
significa "hurtar".
Maurice Nicoll
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